En el Puente del Perdón, detrás el Monasterio de El Paular
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- Mi experiencia
Esta ruta esta muy bien señalizada con los carteles indicativos R.V. 6 hacia la “Cascada del Purgatorio”. Cuando sales del Centro de Visitantes de El Paular caminas muy poco hasta que cruzas el río Lozoya por el histórico puente de granito y piedra llamado el Puente del Perdón que data del Siglo XVIII. Esta zona es hermosa para tomar fotos con las vistas del puente y del monasterio en el fondo. Luego te diriges rumbo a las piscinas naturales "Las Presillas" de Rascafria. Estas piscinas están abiertas al público en temporada estival, aunque era principios de octubre, debido al cambio climático todavía hacía bastante calor, pero no está permitido utilizarlas, igual se notaba que el agua estaba bastante helada jajaja.
Imágenes del Puente del Perdón y las piscinas "Las Presillas"
Luego retomamos el camino, una pista de tierra que es un camino forestal que va subiendo por las laderas de la Morcuera hasta llegar a un gran arroyo con un puente de madera.
Vemos muchas vacas pastando y los bosques de robles y pinos cambiando de color por el otoño. El camino después de cruzar el puente de madera que mencioné anteriormente, se hace mas dificultoso, ya no hay pista forestal, tenemos que transcurrir entre piedras y comienza la subida.
Al llegar a la Cascada del Purgatorio había "overbooking" de tanta gente, con paciencia fuimos sorteando camino y llegamos al mirador de madera, sacamos la foto y subimos un poco mas para descansar allí mismo. Muchas personas mayores y niños trepaban para ver otra cascada que forma el río Aguilón, pero nosotros pensamos que nos íbamos a caer y ya era bastante peligroso, no me gusta la escalada jajaja, así que nos quedamos abajo a disfrutar de las vistas, entre las dos paredes de piedras, descansando con un bocata en la mano y observando como la gente es un poco inconsciente y se trepa y pasa entre rocas con verdillo. Otra cosa que me molestó al ser fin de semana, obviamente hay mas gente, pero un fotógrafo planto el trípode y se quedó muy ancho, había que esquivarlo, y no fue cinco minutos, pues almorzamos y seguía estando, mucho tiempo adueñándose del lugar, pelín egoísta.
Según la leyenda del nombre se dice que los monjes de la Ordén de la Cartuja del Monasterio de El Paular, llegaban hasta aquí para rezar por sus pecados.
Al regresar volvimos sobre nuestros pasos pero antes de cruzar el puente de madera, seguimos recto, hay una cerca que abrimos para que no salgan los animales, y caminamos por una senda de tierra en buen estado al costado del arroyo.
Cuando llegamos al Monasterio tan contentos por la ruta hecha me desilusionó los elevados precios de los quesos, así que otro día con mas presupuesto compraré algún producto típico de los monjes.
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Vemos muchas vacas pastando y los bosques de robles y pinos cambiando de color por el otoño. El camino después de cruzar el puente de madera que mencioné anteriormente, se hace mas dificultoso, ya no hay pista forestal, tenemos que transcurrir entre piedras y comienza la subida.
Al llegar a la Cascada del Purgatorio había "overbooking" de tanta gente, con paciencia fuimos sorteando camino y llegamos al mirador de madera, sacamos la foto y subimos un poco mas para descansar allí mismo. Muchas personas mayores y niños trepaban para ver otra cascada que forma el río Aguilón, pero nosotros pensamos que nos íbamos a caer y ya era bastante peligroso, no me gusta la escalada jajaja, así que nos quedamos abajo a disfrutar de las vistas, entre las dos paredes de piedras, descansando con un bocata en la mano y observando como la gente es un poco inconsciente y se trepa y pasa entre rocas con verdillo. Otra cosa que me molestó al ser fin de semana, obviamente hay mas gente, pero un fotógrafo planto el trípode y se quedó muy ancho, había que esquivarlo, y no fue cinco minutos, pues almorzamos y seguía estando, mucho tiempo adueñándose del lugar, pelín egoísta.
Según la leyenda del nombre se dice que los monjes de la Ordén de la Cartuja del Monasterio de El Paular, llegaban hasta aquí para rezar por sus pecados.
Al regresar volvimos sobre nuestros pasos pero antes de cruzar el puente de madera, seguimos recto, hay una cerca que abrimos para que no salgan los animales, y caminamos por una senda de tierra en buen estado al costado del arroyo.
Cuando llegamos al Monasterio tan contentos por la ruta hecha me desilusionó los elevados precios de los quesos, así que otro día con mas presupuesto compraré algún producto típico de los monjes.
Monasterio de El Paular
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Fotos y Textos de Alejandra Castro Nuñez, excepto mención especial.
©viajarcuesteloquecueste.com
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